6 may 2009

pro-marihuana contra-deforestación

Existe en nuestro país una discusión que debió llevarse a cabo hace tiempo, la cuestión en auge es la legalización del cannabis. Como seres racionales tenemos la capacidad de cambiar ciertas actitudes y desmentir falacias que se estuvieron propagando con respecto a esta hierba que llaman peyorativamente maldita.
Primero, no creo que se pueda determinar la prohibición de un ser vivo que tiene el mismo derecho que cualquier otro a desarrollarse de acuerdo a sus posibilidades, entiendo como criminal la destrucción de plantaciones de marihuana por ser un atentado contra la naturaleza, contra la vida.
Segundo, creemos en la libertad individual, no aceptamos un estado paternalista que nos diga que es correcto consumir o producir, el rol del estado se limita a la promoción del bienestar común, la actitud prohibicionista y demonizante que toma contra el cannabis es reflejo de la doble moral, se proclama nociva a ciertas drogas como la marihuana, exagerando los hechos y moldeando la verdad pero se permiten otras de probada toxicidad como el tabaco y el alcohol. Resulta paradójico como la gente esta más dispuesta a aceptar un borracho al volante que un grupo de jóvenes fumando un porro en la calle o como es perfectamente aceptable un auto que tira el humo negro que respiramos pero resulta escandaloso el acto de encender un porro en una plaza.
Tercero, es patente el gran fracaso de la llamada lucha contra las drogas. Esta probado que después del alcohol y el cigarrillo, la marihuana es la sustancia más consumida por jóvenes y adultos en todo el mundo, la prohibición que pesa sobre su consumo no ha ayudado a mermarlo sino más bien lo impulso e impulso además el narcotráfico y todas sus terribles consecuencias; es necesario enfrentar los hechos, el consumo existe y no cesara, en cambio, algo se puede hacer para frenar un poco más el narcotráfico, legalizando no solo la explotación industrial del cannabis sino también su uso “recreacional” y la plantación de autoconsumo.
No hay datos certeros que prueben que el cannabis sea más dañino que el alcohol o el tabaco, incluso, se podría decir que, al contrario, las investigaciones demuestran que es menos nocivo pues nadie nunca murió de una sobredosis de THC; si como sociedad toleramos el consumo del alcohol que es la causa principal de los accidentes al volante o el tabaco que es sumamente adictivo, perjudicial incluso para terceros y proporciona un placer mínimo con respecto a la marihuana que es levemente adictiva y en raras ocasiones produce síndrome de abstinencia.
Cuarto, debemos destacar la importancia de romper con los tabúes e impulsar el diálogo en distintos ámbitos sobre la marihuana, sin distorsionar los hechos, propulsar la discusión veraz para desmitificar el cannabis y sus efectos, quebrar el estereotipo del “consumidor-delincuente” para proteger la integridad física y psicológica de los mismos, quienes se ven expuestos muchas veces a grandes peligros durante la consecución del producto y por la tenencia o consumición.
Es urgente denunciar los abusos cometidos por parte de la policía que actúa con brutalidad, abusando de su poder, intimidando a los consumidores, utilizando su “autoridad” como “ley” para chantajear y despojar de pertenencias de valor a los consumidores, actuando ellos como criminales, denigrando al otro por consumir marihuana.
Por estas y otras razones nos parece necesario manifestarnos, salir del silencio y exigir que se oigan nuestras razones, impulsar la descriminalización de la marihuana y los usuarios, promover la legalización con fines terapéuticos, utilitarios y recreacionales, poner a disposición de cualquier interesado información certera sobre el cannabis, promoviendo una actitud crítica y científica no obscurecida por falacias morales de ningún sector.
Y como gracias al cannabis somos más concientes de nuestra conexión con la naturaleza sentimos la necesidad de levantarnos por otra causa, una causa mucho más amplia y urgente, una lucha que no podemos dejar de lado por que esta a punto de perderse, hablamos de nuestro medio ambiente, en general; de los bosques de árboles nativos, en particular.
Nos hiere la inconciencia de la humanidad que perpetúa un modelo de desarrollo autodestructivo, es increíble como nos enseñan a considerarnos como superiores ante los demás seres vivos, como nos inculcan una moral vacía que no atiende a problemas reales como la protección al medio en que nos desenvolvemos, como se mantiene una actitud explotadora ante los recursos naturales.
Cuando la armonía con el medio en que nos desenvolvemos es vital para nuestro desarrollo integral a largo plazo, en los últimos 50 años Paraguay perdió el 90% de los bosques naturales lo que equivaldría a la destrucción de casi la totalidad de los recursos forestales, eso ya no puede ser llamado consumo sostenible sino más bien es una espantosa depredación de nuestra tierra y lo que pródigamente nos ofrecía.
Los bosques son perseguidos con fuego y motosierras, se talan inmensas extensiones de tierra para plantar principalmente soja tránsgenica utilizando agrotóxicos que deterioran aún más nuestro ecosistema o crean praderas artificiales para ganado y continúa el tráfico de rollos de especies nativas en bosques vírgenes; el ecosistema es frágil y tiene efectos a nivel global, pues al eliminar los árboles no sólo destruimos los pulmones de la tierra, además, destruimos el habitad de muchas especies afectando así la biodiversidad. Áreas que anteriormente absorbían energía solar se tornaron mucho más reflectantes, no existen suficientes árboles que absorban los gases responsables del efecto invernadero ni la radiación infrarroja, lo cual tiene consecuencias catastróficas derritiendo antiguos glaciares en los polos. Una hectárea de bosque tropical puede neutralizar unas diez toneladas de dióxido de carbono.
De las ocho millones de hectáreas que corresponden al Bosque Atlántico de Alto Paraná, en la Región Oriental, solo quedan cerca de un 1.300.000. El proceso de deforestación ocurrido en la Región Oriental muestra que en 40 años, comprendidos entre 1.945 y 1.985, ha llegado a eliminar 4.916.452 hectáreas, lo cual representa un promedio aproximado de 123 mil hectáreas cada año. En dicho periodo resalta el intervalo de 8 años, entre 1.968 y 1.976, en que la tasa de deforestación fue aproximadamente 212 mil hectáreas cada año. Estudios del año 1985, indican que en el año 1.985 existían 3.507.670 hectáreas de bosques continuos, de los cuales el 32,8% estaban constituidas por pequeños bosques residuales y el 68,8% restante por bosques de valor comercial bajo, como consecuencia de la disminución de sus especies más valiosas. En el periodo comprendido entre 1.985 y 1.991, se produjo una deforestación de 2 millones de hectáreas aproximadamente, con una tasa media de aproximada de 290 mil hectáreas cada año. En relación a la Región Occidental, dan cuenta que las colonias establecidas en la zona central del Chaco llegaron a un promedio de deforestación de 45 mil hectáreas anuales.
Es de suma importancia educar a la gente sobre la interacción de los bosques con el clima, el papel que desempeñan en la regeneración del suelo o el mantenimiento de los recursos hídricos, desde la década de los setenta la población afectada en todo el mundo por las inundaciones se ha triplicado y la causa fundamental es la deforestación, la cual también causa desertificación.
Si no se controla la tala indiscriminada estamos atentando contra nuestro futuro, no disponemos de mucho tiempo para actuar, para crear conciencia, antes que los daños sean totalmente irreparables.
Queremos un desarrollo ético, equilibrado, un aprovechamiento racional y limitado. Se necesita educar al campesino y a los productores para un mejor aprovechamiento de los suelos, cambiar los modelos de producción agropecuaria insostenibles como el monocultivo y la utilización de pesticidas, necesitamos reforestar con especies nativas y no con eucaliptos o pinos como comúnmente se hace en muchas zonas, pues, al ser especies invasoras agotan a las capas freáticas y consumen minerales del suelo que no se reponen, se necesita un estricto control de las autoridades pertinentes encargadas de cuidar el ambiente, el problema de la deforestación en nuestro país, también, es un problema antropológico, pues, ciertas etnias de indígenas silvícolas ven amenazado su medio vital, lo que conlleva a la destrucción de su estilo de vida y cultura que ya sufre demasiado bajo la evangelización agresiva de ciertos agentes de la globalización homogenizadora, que no respetan ni comprenden las diferencias culturales de estos grupos. Se estima que 90 por ciento de las tierras del Alto Paraguay están en manos de ganaderos brasileños, que residen en Brasil y no invierten sus ingresos en la economía local, si destruyen nuestros bosques pedimos que al menos se invierta parte de esas ganancias para la recuperación del bosque atlántico.
Las legislaciones actuales como la llamada “deforestación cero” necesitan ser implementadas con más rigidez y deben promulgarse otras leyes que aseguren la preservación del ambiente. La deforestación tiene un factor social muy fuerte, la pobreza obliga a campesinos a migrar a las ciudades y vender sus terrenos a los productores de soja que exportan su producto a Europa para alimentar a los animales. D
Es necesario y urgente un cambio de actitud con respecto a estas plantaciones, los esquemas deben ser modificados, los crímenes contra la naturaleza ya no pueden ser dejados de lado, es hora de hacer algo porque mañana puede ser demasiado tarde y definitivamente no tenemos otro planeta al que huir cuando terminemos con éste.
Estamos planeando realizar una manifestación el 5 de mayo o cerca de esa fecha, en conmemoración del día internacional de la lucha por la legalización de la marihuana, queremos manifestarnos de forma pacifica, la consigna es reunirnos en un espacio verde, bien arbolado, juntarnos a escuchar música, fumarnos un porrito… tendrían que llevar guitarra, tambores, artesanías, swing, malabares, queremos compartir información y experiencias, lo ideal sería llevarse solo un porro cada uno para no tener problemas con la policía, queremos mostrar documentales alusivos y festejar por la libertad, otra idea es llevar máscaras o caras pintadas para no comprometer nuestra identidad de una y lo ideal es que seamos muchos pues unidos estaremos más seguros, no podrán llevar trescientas personas en cana.
Aun no hay nada concreto pero la intención existe, el momento es preciso, ya es hora de luchar contra la hipocresía, la moral tradicional acrítica y reaccionaria que menoscaba la diversidad, que anula nuestra identidad y la libertad hacer en privado lo que se nos plazca mientras no lastimemos a terceros, que coarta nuestras posibilidades de desarrollarnos integralmente, que nos exilia al silencio y la oscuridad, contra la sociedad reduccionista que trata de encasillar a los individuos en la dualidad extremista sin tener en cuenta las diferencias que nos hacen interesantes como seres humanos.
La misma sociedad que destruye y depreda castra y prohíbe, queremos llevar luto por los árboles caídos, por la parte del ser humano que es animal y que ama el medio en que se mueve, esa parte que la sociedad occidental de consumo trata de olvidar.

Aportes y sugerencias al mail: giovisnita36@hotmail.com
colgate con estos enlaces:
http://www.globalmarijuanamarch.org/ (pagina oficial de la GMM)
http://www.gmmargentina.com.ar/ (pagina de la GMM argentina)
http://www.liberaciondelcannabis.org/ (pagina de la GMM uruguay)

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